viernes, 12 de junio de 2015

Memorias de un Malaje y Saborío.
Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla, pensáis que estas palabras son de Machado, pero no, son mías, en mi más tierna infancia viví en Sevilla.
Mi primera escuela tenía una maestra que solo me enseñaba palote y palote cruzado, es decir un 1 y una x, y así pasaba el tiempo hasta que mi padre decidió, buscar un buen profesor que me atendiera.
Y le recuerdo Dº Benjamín, era un profe que me dejaba ir al baño siempre, era una casa con un patio central grande y una fuente en el centro, lo tengo fotografiado en mi mente, era un buen profesor, el aula estaba a la derecha y había alumnos de todo tipo de edades.
Recuerdo porque me lo han recordado que Dº Benjamín era un maestro represaliado del franquismo, daba clases a gente incluso para oposiciones, era un profesor de universidad, que daba clases en su casa, tengo muy buenos recuerdos.
En semana santa con 5 o 6 años tomaba una silla la invertía, la ponía en la cabeza y paseaba por la acera como si fuera un Paso de un Nazareno o el Gran Poder.
Recuerdo Triana al otro lado del Guadalquivir, allí había un cine de verano es decir sin techo, con lo cual se podía ver la película en el rio, se reflejaba, vi el rodaje de una peli y el actor se tiró al rio, pero cayó en una colchoneta a un metro de distancia, un pobre hombre fue el que se tiró al rio.
Cuando mi padre llegaba del mar siempre me llevaba con él, por las tardes nos acompañaba mi madre, íbamos al parque María Luisa, allí siempre le preguntaba a un cisne por mis estudios, ese cisne le contaba todo, así que empezó a caerme mal. Tengo muchas fotos de mi amada Sevilla. Recuerdo cuando hicieron el suelo de adoquines de la calle Almansa , los peones comían bajo una tienda de campaña, pequeña de color verde, y yo allí disfrutaba, pensando en no sé qué.
Había necesidades, hablamos del año 1955-56 una tarde en la terraza del edificio, un amiguito me dijo, Manolito vamos jamar, sabía que de la merienda que me daba mi madre él llevaría un buen trozo.
Cierto día fuimos al teatro, ver a una famosa cupletista, Estrellita Castro, pasa cerca de mi madre y ella en voz baja exclama, ¡ah, que pequeñita es! A lo que Estrellita Castro se para y dice:” pequeñita si mi arma, pero todo arte”.
Un día en casa de una familia nuestra fui a casi gatas, es decir, raudo, veloz, detrás de una prima mía, me caí escaleras rodando hasta el piso y me llevaron a la cruz roja uno o dos puntos en el labio superior. Caminando por el Puente de Triana, con mi padre y madre, dije le que al lado de mi padre podría ir por la acera con los ojos cerrados, pensaron que hacia trampa, se equivocaron, cerré los ojos y camine hasta que los barrotes de la acera que impiden que la gente caiga al rio, me dieron tal golpe que me tiraron al suelo, haciéndome un buen chichón, pero bueno, bueno.
Mi madre me recordaba, que las tardes que ella iba a misa yo la acompañaba, y un día le pedí a San José, que nos tocase la lotería para que mi padre estuviera en casa y dejara de ir al mar, le quise muchísimo, y en sus días finales, abandoné trabajo y casa, para estar a su lado y acompañarle, ha sido un espejo donde mirarme
Me encantaban los tranvías gusto que todavía practico, en la Coruña o en el Portugal amado
San Juan de Aznalfarache, Triana, Los Remedios, Patio de los Naranjos, la Giralda, la Torre del Oro, son tantos los recuerdos, así fue mi más tierna y dulce infancia.
Hay dos palabras que un grueso rotulador negro ha borrado del diccionario, traición y envidia, así de esta forma no puedo saber que significan. La mejor carrera y el mayor éxito de una persona es haber sido un buen padre o madre, o al menos intentarlo. Yo he tenido buenos maestros, no sé si fui buen alumno, sigo trabajando en ello.
mdominguez.
librepensador

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